Hoy termina mi particular Cuaresma... y que Cuaresma... intensa, con muchas cosas buenas y otras menos buenas pero al menos vivida al máximo.
Hoy termina mi Cuaresma viendo llegar a esa inmunda cochera a la Reina, a la Madre de un barrio que espera todo el año volver a ver a su Virgen tan radiante, tan Madre, tan Perchelera como siempre.
Hoy cumpliré con el ritual de acompañarte por las calles de nuestro barrio como hago desde el primer año que la Hermandad con gran acierto decidió llevarte a tu paso en un sencillo traslado llevada a hombros de tus Hijas y le diré a la Cuaresma esa frase costalera de Ahí quedó. A partir de ese momento tocará disfrutar...
Después, cuando todo pase y analice qué tal fue mi Cuaresma primero tendré que echar un poco la vista atrás y empezaré a recordar un peazo de concierto plasmado en un disco llamado entre Rocío y Azahar. Ya entrados en faena tendré que recordar una Cuaresma de Via Crucis de IV centenario, de Domingo de Pasión del bueno, de esos que cuando estás en familia se disfrutan el triple, veré una Cuaresma de cultos, de traslado, de retranqueo... de Bondad, de Consuelo... y no será una Cuaresma más gracias a un paraiso de luz que iluminó con su habitual ilusión una imagen que recordaré siempre.
Bueno, me despido de vosotros hasta después de Semana Santa con la incertidumbre de un tiempo que espero que nos respete a TODOS, con la ilusión de que todo lo trabajado merezca la pena y con la alegría de que aunque parezca mentira HOY ES VIERNES DE DOLORES.
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